Autor: José Luis Iglesias Diz
Llega el calor, los días largos, la liberación del trabajo y el estudio. Llegan las vacaciones de verano y los jóvenes después de un curso largo y dos años anómalos, con el rescoldo de la COVID que trajo de cabeza al mundo entero con más de 500 millones de infectados y aproximadamente 6 millones de muertos, necesitan que el verano sea una cura para todos sus sufrimientos y ansiedades. Por eso debemos de intentar disfrutar, pero también descansar para sentir que podemos recuperar una vida más “normal”.
Las secuelas de una distorsión tan considerable, por intensa y duradera, con miedos, inquietud por el futuro, casos de enfermedad y muertes entre amigos y familia, trastornos derivados de la ausencia de relaciones sociales normales y problemas adicionales de convivencia familiares fruto de la anomalía del aislamiento y el contacto estrecho y duradero sin posibilidades de distensión, han dejado a la fuerza, un lastre que de la mejor manera debemos ir soltando.
“Después de la excitación llega la inhibición, como después de la montaña llega el valle”, nos decía un profesor de fisiología para explicarnos el impulso nervioso. Al igual hoy, después de una inhibición forzosa, puede llegar la excitación, el momento de la liberación, pero debemos ser conscientes que ante todo debemos intentar conseguir un estado de normalidad para lo cual es necesario cierta mesura. Divirtámonos, pero evitemos en lo posible la tendencia natural al exceso después de tanto tiempo de control e inhibición.
Así que:
Diviértete, pero toma un tiempo para meditar sobre lo que has hecho a lo largo del año, sobre lo que te faltó, lo que echaste de menos, por la suerte que tienes de haber superado una prueba tan dura en una edad en que se quiere la mayor cantidad de libertad posible, por seguir en este mundo que alberga también todo aquello que amas, a pesar de los sinsabores que nos puedan afectar. Piensa en que puedes hacer algo por los demás y que hacer bien las cosas ya es, de algún modo, hacer algo por los demás.
Pasea y sumérgete en la naturaleza, contempla el mundo tan bello que te rodea,
Toma el sol con cuidado sobre todo en los primeros días. Bebe agua y si tienes más de 18 y bebes bebidas alcohólicas hazlo con moderación.
Haz ejercicio, pero también descansa. Un buen sueño es salud.
Llévate algunos libros e intenta leer algo todos los días.
Con tus amigos y amigas, conversa, baila, ríe, diviértete e intenta no ser muy exigente con los demás, todos somos imperfectos. Y si surge el amor, enhorabuena, pero sé responsable.
Feliz verano y felices vacaciones.