Autor: José Luis Iglesias Diz
Hoy no hablaré de los problemas que afectan a la salud de los adolescentes y a la paciencia y preocupación de sus padres, porque en estas fechas es necesario pensar en lo que tenemos y en aquello que podamos compartir y disfrutar.
Es cierto que habrá gente que sentirá más tristeza que la habitual porque su vida se ve afectada por dolorosos trances, desde la muerte o enfermedad de un pariente a la pobreza o la soledad. Quizás podamos ayudar a alguno de ellos. No lo dejemos pasar. La Navidad está cuestionada por unos, exaltada por otros, pero se trata de una tradición en la que creyentes y no creyentes deben abandonar estériles discusiones sobre su idoneidad. Es una tradición mayoritaria y sí, es una época de gastos excesivos (quien puede) porque somos una sociedad consumista.
Hoy mismo escuchaba a un humorista en su curioso mensaje de Navidad y decía que no discutamos si es una fiesta del comercio o que es tal y cual. Si no quieres gastar, no gastes, quizás una carta escrita a mano deseando lo mejor a tus amigos o parientes pueda más que un gasto en regalos “para olvidar”. Comparto su opinión; reúnete con los tuyos con ánimo de disfrutar, elogia la comida que te ofrecen, canta alguna canción que conozcas, no te excedas con el alcohol y sé prudente con la conducción.
Es tiempo de abrazarse, de besarse, de reír, de rezar o pensar con alegría que podremos superar cualquier problema, es abrir la puerta al optimismo y descansar, descansar mucho para ser fuertes y regresar con las pilas bien cargadas después que los Reyes Magos hayan descargado sus sacos de regalos: paz, amor, amistad y fiesta. Felices Fiesta y Buen año.