Las arritmias cardíacas incluyen una variedad de trastornos que afectan la generación y transmisión del impulso eléctrico en el corazón, representando un desafío diagnóstico en pediatría.
El electrocardiograma (ECG) sigue siendo la herramienta fundamental para la identificación de estas alteraciones, y el uso de sistemas avanzados de monitorización ha mejorado considerablemente su detección temprana.
Los síntomas de las arritmias en niños varían según la edad: en lactantes, pueden observarse problemas de alimentación y dificultad respiratoria; en niños mayores, se presentan palpitaciones y dolor torácico; mientras que en adolescentes se manifiestan como sudoración y ansiedad.
La correlación entre síntomas y ECG es clave para identificar arritmias en niños y adolescentes, aunque son poco comunes. Entre las arritmias más frecuentes en esta población se encuentran las extrasístoles y las taquicardias supraventriculares (TSV), que generalmente no están asociadas a cardiopatías estructurales. La taquicardia intranodal es particularmente prevalente en adolescentes y es tratable mediante diferentes opciones terapéuticas.
Para un diagnóstico preciso y manejo adecuado, las pruebas de segundo nivel, como la monitorización continua y la ergometría, son esenciales en casos sintomáticos. Además, la ablación con catéter representa una opción curativa para algunas TSV, mientras que las taquicardias ventriculares, aunque raras, requieren intervención especializada.
En esta revisión también se abordan las recomendaciones de ejercicio físico para pacientes pediátricos con arritmias, proporcionando una guía para mantener la actividad física de forma segura.
