Autor: José Luis Iglesias Diz.
Anorexia y redes sociales
El fenómeno de los TCA sigue ocupando espacio en los medios, pero de un modo menor al de hace años. Como muchos de los temas importantes de salud, salen a la luz cada cierto tiempo según la pertinencia que para esos medios tienen con respecto a otras noticias.
Sin embargo las redes sociales cuyo uso es masivo entre adolescentes, mantiene en candelero estos trastornos y no siempre de la mejor manera, aumentando las páginas “Proanorexia que “ayudan” a perpetuar estos trastornos aunque facebook y twitter han comenzado a filtrar estos nefastos lugares, las redes pueden “malinformar” a los niños y adolescentes con toda facilidad.
No podemos descuidar la vigilancia sobre esa influencia perversa. Los padres, educadores, pediatras y Medios generales deben de incluir en sus preocupaciones la adecuada conducta alimentaria y emocional de sus adolescentes.
El pediatra es el mejor profesional para incidir sobre la prevención de los problemas de salud. Los padres pueden consultar con ellos acerca de los hábitos nutricionales de sus hijos, de las dietas adecuadas y de los cambios de comportamiento con respecto a la alimentación. Es una voz autorizada y segura frente a la excesiva y, muchas veces, poco fiable información de las redes y medios; además en la mayoría de los casos conoce a los pacientes desde que fueron bebés y está al tanto de su historia clínica y de las problemáticas familiares y otras lo que le ayuda a descubrir trastornos y riesgos en esos adolescentes.
A mis pacientes con AN les pedía que cuando estuviesen en condiciones de hacerlo me escribiesen una pequeña “historia” de su enfermedad. Os dejo este ejemplo que vale más que mil reflexiones sobre la Anorexia (Su nombre es ficticio).
ANA 16 años
Hola me llamo Ana tengo 16 años aunque cumpliré 17 dentro de muy poco, mi vida desde la infancia fue normal, es decir tengo una familia a la cual adoro y me adoran. No tuve ningún problema de gran importancia hasta que desde hace casi 2 años padezco anorexia que por desgracia hoy en día es una enfermedad que afecta a muchas adolescentes; a veces me hago preguntas como ¿Por qué yo? ¿A qué fue debido?
Creo que esta es una enfermedad que yo misma sin quererla la busqué quizás por andar buscando un “tipito” perfecto que nunca llegaba; empecé por bajar un poco de peso con una amiga y haber quien llegaba antes, pero se me escapó de las manos y no lo pude controlar; no estaba conforme con mi cuerpo, me veía gorda, pero yo notaba que estaba adelgazando, para mi seguía igual, entonces cada vez comía menos, hasta que un día me puse un pantalón de esos que quedan apretaditos al cuerpo, y vi que yo dentro de él, en ese momento parecía un payaso y me asusté; dije pero ¿cómo me podía quedar así si yo no había adelgazado?
Según mi familia mi carácter había cambiado para peor, era mucha más arisca, como ellos me decían estaba a la defensiva, pero así como delante de ellos les contestaba, al cabo de un rato lloraba como una magdalena sin ningún motivo aparente; a veces era delante del plato porque no quería comer, otras veces en cama. Mis amigas me iban diciendo que estaba adelgazando pero yo les decía que serían cosas suyas, tampoco tenía ganas de estar con ellas ni salir a ninguna parte. Notaba como si todo el mundo no parara de mirarme y me sentía muy observada. El tiempo que tenía lo centraba en los estudios y eso que yo nunca fui muy estudiosa sino más bien lo contrario porque sin estudiar sacaba igual buenas notas así que para que esforzarse, pero a partir de esto estudiaba mucho.
Al principio mis padres me decían que comiera porque me veían adelgazar mucho pero yo no lo veía así. Esta enfermedad hace a la persona una inconformista, a ver si me explico, una persona anoréxica nunca está conforme con su cuerpo, busca una perfección que nunca llega, y eso me pasaba a mí, buscaba algo que nunca llegaba. Cada vez me refugiaba más en mi misma, algo que no dije todavía es que soy una chica muy deportista practico el baloncesto y para mí lo es todo, me desvivo por él, en un partido lo doy todo. En marzo del 2003 mis padres deciden llevarme a mi pediatra, me hizo una revisión y habló con mis padres que ellos ya temían lo peor y sus sospechas fueron confirmadas porque el pediatra le dijo algo que ellos seguramente no querían escuchar que fueron las palabras “su hija padece anorexia nerviosa”. Mi madre se derrumbó en ese momento y mi padre mantuvo la compostura, yo no me lo creía hasta que me dijo mi peso.
Yo en un principio quería adelgazar para pesar 49/50 kg. pero cuando me dijo que pesaba 45 kg. se me vino el mundo encima, me dije a mi misma que era lo que estaba haciendo, como había podido llegar hasta ese punto. Lo peor fue cuando el médico me prohibió a partir de aquel día jugar al baloncesto en ese instante fue como si me quitara un pedacito de mí, cuando salí de allí dije que el pediatra estaba equivocado, que no tenía razón. Ahora me doy cuenta de que estaba negando la evidencia. Dejé el baloncesto y tampoco podía practicar ejercicio en el instituto.
Fui enviada al psiquiatra que confirmó el diagnóstico y comenzó la terapia, pero yo seguía sin aceptarlo. Llevo año y medio con él y a lo largo de este tiempo he subido, bajado e incluso mantenido mi peso, es algo que cuando subía pues intentaba mantenerme, pero comiendo muy “Light” o controlaba mucho lo que comía entonces, sin quererlo bajaba o si no me mantenía en un peso inferior al que me correspondía. A la hora de comer siempre me parece todo mucho y en mi cabeza no tenía otro pensamiento que no tuviera que ver con la comida. ¡ES HORROROSO!
Ahora por lo menos acepto lo que tengo y me doy cuenta perfectamente, la anorexia es una enfermedad que como ya le tengo dicho a mi madre, crea dos personas dentro de una, digamos que una es la mala y otra es la buena porque la primera te dice que no comas eso porque engorda, o mira cuantas grasas tienes, algo así o cosas similares; la segunda lo contrario te dice que comas para curarte, poder hacer basket… pero no sé cómo siempre acababa ganando la primera y después me siento mal conmigo misma por dejarme vencer tan fácilmente. A veces me doy asco a mí misma, me desprecio.
Mi familia a lo largo de todo este tiempo fue un gran apoyo, me ayudó muchísimo y yo me arrepiento de haberle dado a veces tan malas contestaciones, despreciarlos pero fue algo que no hacía a propósito. Esta enfermedad me afectó tanto psicológicamente como físicamente, gracias a Dios me he recuperado algo, pero creo que me falta el último empujón, que, ahora en el hospital ingresada, espero conseguir. Quiero dejar todo esto atrás, ser una chica normal, sana que pueda practicar baloncesto, comer de todo y sin preocuparme del tema de la comida como hasta ahora. Nunca quise llegar a la situación en la que estoy, para mí ingresar era lo peor que me podía pasar y ahora que estoy aquí pues me pregunto qué pinto yo aquí, porque la gente que está en esta planta tiene pues un virus, un brazo roto pero yo ¿Qué es lo que tengo? nada, y eso es lo que más me molesta.
Ojala cuando salga de aquí mi vida vuelva a ser como antes de padecer esto. Antes de terminar voy a hablar de que desde hace un año y medio que tampoco tengo la regla y es algo que me preocupa mucho porque sé algunas de las consecuencias que esto produce y la verdad no me gustaría quedarme sin tener una familia. Para terminar voy a hablar sobre un tema del que no me gusta hablar, un hecho con el que quizás me obsesionó mucho. Cuando era más pequeña y no sé si me pudo influir en algo para yo caer en lo mismo, hace 10 años más o menos mi hermana V (la mayor) pasó por lo mismo que estoy pasando yo ahora, lo de ella fue mucho peor que lo mío y para mi familia fue un gran disgusto. Yo me juré y prometí que nunca caería en lo mismo que ella durante mucho tiempo, pero de nada sirvió.
Ahora que estoy en el hospital tengo mucho tiempo para pensar y ojala me marche pronto y no vuelva más veces.
https://elpais.com/sociedad/2019/09/24/uso_love_tecnologia/1569332123_338519.html