La adolescencia es un largo camino que cada uno váis a recorrer a vuestro propio ritmo. A pesar de la “mala prensa” que tenéis los adolescentes, hay que afirmar, con rotundidad, que la inmensa mayoría de los jóvenes no tienen un adolescencia turbulenta. Entre la mala prensa podíamos rescatar una párrafo atribuido a Sócrates por sus discípulos ( siglo IV antes de J.C.) que dice: ‘La juventud de ahora ama el lujo, tiene pésimos modales y desdeña la autoridad. Muestran poco respetos por sus superiores y prefieren insulsas conversaciones al ejercicio. Son ahora los tiranos y no los siervos de sus hogares. Ya no se levantan cuando alguien entra en casa. No respetan a sus padres. Conversan entre sí cuando están en compañía de sus mayores. Devoran la comida y tiranizan a sus maestros’.
De ahí la gran importancia que tiene conocerse a sí mismo y saber las etapas madurativas por las que se está pasando.
Al principio, durante la adolescencia inicial el cuerpo se estira y se inicia el desarrollo sexual. Comienza a disminuir el contacto y la relación con la familia, y empieza la oposición a la autoridad paterna, a la vez que os concentráis en las relaciones con los amigos de vuestro grupo de edad.
Son frecuentes las variaciones en el estado de ánimo y en la conducta. La preocupación por su aspecto corporal os puede llevar a sentimientos de inseguridad ante vuestro aspecto y atractivo, llegando a compararos con los amigos o amigas. Aumenta el interés por los órganos sexuales, y pudiendo aparecer cierto estado de ansiedad ante la primera regla de las chicas, la masturbación o las poluciones nocturnas en los chicos. Del compañerismo se pasa a la amistad, no siendo infrecuente la elección de un amigo único, incluso del mismo sexo.
Los sentimientos internos van a llevaros a descubrir vuestra propia personalidad: soñáis despiertos, os creéis ser el centro de atracción poniendo a prueba la autoridad de los padres.
Cuando llega la adolescencia media se combinan los sentimientos de omnipotencia (“tengo que probarlo todo”) y de invulnerabilidad (“a mi no me va a pasar nada”). Siguen los conflictos con la familia, mientras vuestro grupo de amigos adquiere mayor relevancia, ejerciendo gran influencia desde la forma de vestir hasta los propios valores y las reglas a cumplir.
Al llegar la adolescencia tardía se aprende a vivir con los valores de la madurez y la responsabilidad. Se van a reconstruir las relaciones con la familia, si se habían deteriorado, y los propios valores empiezan a prevalecer sobre los del grupo. Ya se acepta la propia imagen corporal y el rol social, empezando a ser capaces de conocer los límites del compromiso, y concretándose los valores éticos, religiosos y sexuales.
La salud ¿es un derecho, es un deber?
Conocidos estos cambios que os va a traer consigo la adolescencia, sería fundamental destacar la importancia de iros involucrando progresivamente en todas las decisiones que conciernen a vuestra salud: tanto en el mantenimiento de una dieta sana, como en el beneficio de la práctica de ejercicio físico, en las medidas para evitar los frecuentes accidentes o los riesgos a los que os exponéis si os iniciáis en el consumo de tabaco, alcohol u otras drogas o en prácticas sexuales de riesgo.
Dr. Antonio Redondo
Pediatra acreditado en Medicina del Adolescente
C.S.Cabo Huertas – ALICANTE