En estos casos primero va el maltrato psicológico, controlando el móvil de ella, le siguen las coacciones, insultos, ridiculizarla. Se sigue aislándola de sus amigas y de su entorno, controlando sus mensajes y su manera de vestir, amenazándola, chantajeándola. Luego puede desencadenarse el maltrato físico. Existen señales que pueden identificarse y que dan pistas para poder intervenir.
Los padres pueden percibir un cambio en la forma de vestir, que su hija esté más nerviosa o con falta de autoestima para expresar su opinión, pueden darse cambios de ánimo, menos ganas de comer, más conflictos familiares, menos rendimiento en clase, aislamiento de sus amigas… Son factores que también pueden detectar los docentes , amigos o personas que traten con la adolescente.
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