Desde que el día 20 de abril se retiró la obligatoriedad de llevar mascarilla en interiores, hay adolescentes que no han querido quitársela. El “síndrome de la cara vacía” no es mayoritario, pero familias, profesores y pedagogos han notado la inquietud de algunos adolescentes al tener que descubrir su cara en público, por sentirse expuestos ante los demás. Les ha servido de escudo estos dos años para no mostrar parte de su cara y ahora sin ella sienten vergüenza, se sienten vulnerables y juzgados.
El «síndrome de la cara vacía» y la presión en adolescentes por el fin de las mascarillas: «Piensas que te van a juzgar»
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