Autor: José Luis Iglesias Diz.
ÉXITO. El lado más oscuro
La muerte a los 27.
El llamado “club de los 27” está formado por un grupo de jóvenes famosos que triunfaron en la música principalmente y que murieron prematuramente a los 27 años, en el esplendor de su gloria, con tanto éxito como infelicidad. Jin Morrison cantante del grupo The Doors murió en París por una sobredosis de heroína, Jimmy Hendrix fabuloso guitarrista y cantante también murió por una nefasta combinación de alcohol y somníferos, del mismo modo al parecer falleció Brian Jones magnífico músico co-creador de los Rolling Stones de los que se separó pronto; Janis Joplin la cantante de la voz imposible murió de una sobredosis de heroína, Amy Whitehouse una de las voces más impresionantes de los 2000 murió por una intoxicación etílica, Kurt Cobain el paradigmático cantante de Nirvana se suicidó de un tiro en la cabeza…
¿Qué fue lo que ocurrió para que el éxito, al que tanta gente aspira, no fuese suficiente para colmar sus vidas y todos ellos tuviesen que recurrir al consumo de drogas para intentar sobrellevar los problemas que se derivaban de su fama y del afrontamiento de esta?
Todos y todas consiguieron un éxito enorme en relativamente poco tiempo y en el mundo de la música el éxito tiene una gran repercusión para los que lo consiguen: se convierten en ídolos, son admirados/as por los “fans”, tienen a su disposición todo lo que un joven desea: poder, dinero, prestigio, sexo …Pero también drogas, muchos nuevos y “falsos” amigos, gente que te adula y te engaña, empresarios corruptos, envidias y pérdida de la intimidad, relaciones en las que se infiltra la desconfianza, trabajo agotador con múltiples desplazamientos, una vida “en la carretera” y otras frustraciones como la pérdida de popularidad, el fracaso en las nuevas producciones y el miedo al fracaso mismo.
Es necesario una gran formación de carácter para una vida tan agitada y muchos de ellos no estaban preparados para soportar la presión de semejante premio. La fama, el éxito se volvió contra ellos. No supieron o no pudieron reflexionar un buen rato sobre lo que era o no era lo mejor. El impulso del éxito los llevó tan alto y tan rápido que no se dieron cuenta de que sus alas, como las de Ícaro, eran de cera y se fundieron ante la brillante cercanía de la fama.
Pero no queremos demonizar el éxito, ya que este puede estar presente en muchas vidas, lo que afirmamos es que la búsqueda del éxito debe ser un camino con perspectiva en el que valoremos la calidad de nuestras acciones, la consecución de los objetivos que nos hemos planteado y la coherencia de estos objetivos.
El éxito puede estar en nuestro interior y puede que no necesitemos la “fama” para sentirnos bien. Aprender a construirse poco a poco y lograr “conocerse a uno mismo” es una aspiración humana que conecta con una vida plena, la de los momentos felices, del altruismo, del sentido colaborativo y empático con nuestros semejantes incluso con aquellos con los que no compartimos gustos o ideas.
Los jóvenes músicos que por desgracia perdieron su vida precozmente dejaron sin embargo un gran legado para nosotros: su creatividad, sus canciones, que nos acompañan aun después de su muerte. Otros muchos desconocidos siguieron su misma suerte pero no sabemos nada de ellos, era gente común que también perdió su vida sin alcanzar la meta deseada.
Pero la música está por encima del dolor:
Federer responde a la pregunta ¿si no fuera tenista que le gustaría ser? Y dice: “Si pudiera elegir sería una persona corriente”
https://elpais.com/deportes/2019/05/05/actualidad/1557054687_888365.html
