“Durante la adolescencia, tienen lugar grandes cambios que se asocian a un mal control de la enfermedad alérgica. Los pacientes tienen que aprender a manejar sus enfermedades de forma independiente. A la vez, afrontan muchas situaciones nuevas como nuevas amistades, viajes, fiestas…, que pueden suponer un riesgo para adolescentes con asma o alergia alimentaria”, comenta la doctora Paula Toyos, vocal del comité organizador de la SEICAP.
En los pacientes crónicos es importante hacer transición de enfermedad tanto de niño a adolescentes, como afianzar la capacidad de éste de dominar su enfermedad para hacerse cargo completamente en la etapa adulta. Cada vez son más frecuentes las afecciones alérgicas, por eso la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica, hace hincapié en esta transición.