Seguro que te están pasando un montón de cosas que no acabas de entender, que te da vergüenza preguntar y tal vez no sabes a quién: tu cuerpo ha cambiado y necesitas usar sujetador, en los últimos meses has crecido más que en un año, te salen granitos… Y también ha cambiado tu forma de ser. Cambias del llanto a la risa sin motivo, sientes que los chicos no te son indiferentes… ¡Fulminarías a los que comentan que te estás haciendo una mujercita!
Pero eso es lo que te está ocurriendo: estás en plena transición de la infancia a la madurez, y los cambios no son fáciles.
A toda esta etapa la llamamos pubertad. Todo comienza cuando en el cerebro se ponen en funcionamiento una serie de mecanismos que activan a una glándula situada detrás de la nariz, la hipófisis, que produce unas sustancias que actúan sobre tus ovarios y suprarrenales. Estos órganos comienzan a producir hormonas que son las responsables de que te haya salido vello en axilas y pubis, y de que tus mamas se desarrollen.
Y al final de esta etapa de cambios, tiene lugar un acontecimiento importante: la aparición de la primera menstruación o menarquia.
La menarquia llega sin previo aviso, habitualmente entre los 11 y los 15 años, aunque en cada chica es variable. Suele aparecer unos 2,5 años después de empezar a desarrollar el pecho. En ocasiones, en los meses anteriores a su aparición se incrementa la producción de flujo vaginal y notas que debes cambiar con más frecuencia la braguita. O bien que tienes “retortijones” que aparecen y desaparecen solos.
Es normal que te asuste un poco o que te sientas confundida con tu primera menstruación. A todas nos ha pasado y no ayuda nada las diferentes versiones sobre el tema.
La regla es un acontecimiento que te va a acompañar durante muchos años y por ello debes aprender a conocerla. No se trata de una enfermedad, por el contrario, tener la regla quiere decir que estás sana, bien alimentada y que tu cuerpo se ha desarrollado normalmente.
Lo primero que tienes que saber es qué es el ciclo menstrual: es el periodo de tiempo transcurrido desde el primer día de tu regla hasta el primer día de la siguiente. Más o menos son 28 días, depende de cada mujer: algunas tienen los ciclos más cortos y otras más largos y lo normal es que varíen entre 21 y 35 días. Pero al inicio de la menstruación, hasta que todo el sistema madura, lo normal es que sean muy irregulares, o sea, que lo mismo un mes te aparece a los 40 días y al siguiente a los 20. Si te acostumbras a marcar en un calendario cuando te viene la regla y los días que te dura, verás como poco a poco tu ciclo se va haciendo más regular.
Ocurre igual con la duración de la misma. Lo habitual es que dure entre 3 y 7 días. No todos los días se mancha la misma cantidad: los días de inicio, el flujo suele ser más abundante y disminuye cuando estás terminando. También puede ocurrir que tus primeras reglas a veces sean escasas y otras más abundantes y debes diferenciar entre los días que manchas mucho a los que solo son restos de sangre .
La regla se puede afectar por muchas cosas: cambios en el peso, desórdenes alimentarios, estrés, ejercicio físico y enfermedades. Por ello no necesariamente todos tus ciclos tienen que ser iguales.
Durante los días de la regla no debes interrumpir tu estilo normal de vida. Antes se decía que no debías hacer ejercicio, ni lavarte el pelo, ni bañarte….¡Al contrario! Es importante mantener una higiene cuidadosa en esos días y ducharte o lavarte cuando lo creas conveniente. El realizar ejercicio no solo no está prohibido sino que ayuda a aliviar las molestias físicas que puedas tener.
Verás que las primeras reglas no son dolorosas, pero cuando va pasando el tiempo puedes sentir molestias de tipo cólico en la zona de la pelvis los días anteriores o durante la misma. A veces calman sólo con reposo o con calor local, pero si no es así consulta con tu médico para que te prescriba algún tratamiento analgésico-antiinflamatorio que las alivie y no dudes en tomarlo porque es muy eficaz.
Por último vamos a hablar de los productos de higiene íntima de que dispones y que son las compresas, que se llevan exteriormente, y los tampones, que recogen el flujo en el interior de la vagina. Puedes usar cualquiera de ellos, sin que la edad sea un inconveniente: no pasa nada por usar tampones desde el principio, aunque muchas chicas tienen miedo de hacerse daño o no saber colocarlo. La ventaja de los primeros es que te permiten bañarte y practicar deportes con toda tranquilidad. Pero tú debes elegir con cuál de ellos te sientes más cómoda. Y un consejo: guarda siempre en tu mochila o bolso un par de compresas o tampones para estar preparada en caso de que la regla se presente antes de lo que esperabas.
Dra. Mª José Rodríguez Jiménez
Facultativo Especialista de Área del Hospital Universitario de Santa Cristina de Madrid
Grupo de Ginecología de Infancia y Adolescencia de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia