El Centro Reina Sofia de adolescencia y juventud ha publicado este informe “Radiografía del (des)empleo juvenil en España 2007-2022” en él se concluye que la vulnerabilidad es tanta a nivel de la población joven trabajadora, debido a la precariedad, como entre quienes no están dentro del mercado laboral, debido a las altas tasas de desempleo en esta etapa de la vida.
Desde la crisis de 2008 hasta este momento de salida de la pandemia, se han dado unas inercias económicas y estructurales que han venido a agudizar los problemas que se venían arrastrando en los dos grupos de jóvenes.
En el caso de la juventud trabajadora, la contratación temporal, frente a la indefinida, la brecha salarial y la parcialidad involuntaria son los indicadores que muestran la deriva negativa: en el momento actual, la tasa de temporalidad sigue siendo alta y superior a los niveles de 2007; la brecha salarial no ha dejado de agudizarse desde entonces, y las jornadas a tiempo parcial es en esta franja etaria donde no han parado de crecer.
En el caso de la juventud que no trabaja, no parece existir duda en afirmar que las y los jóvenes han salido más perjudicados que el resto de la población adulta en las dos crisis. Las tasas de paro doblan o triplican (según el grupo de edad) a las del total de la población y aún no se han alcanzado tampoco las tasas de empleo joven previas a la Gran Recesión.
Muy interesante el informe para entender el presente y futuro próximo de nuestros adolescentes y jóvenes entendiendo así sus preocupaciones y problemas reales.