Autor: José Luis Iglesias Diz.
“Seamos optimistas”
El médico le pregunta al anciano: ¿es Ud pensionista? Y este le contesta: no, yo más bien soy optimista. El optimismo es algo que se tiene y no se fabrica, pero los que no son optimistas (alguien define al optimista como un pesimista mal informado) les cuesta ponerse en situación. En un artículo muy interesante se evalúan los datos de aquello que consideramos bienestar mundial y se llega a la conclusión de que todo va mucho mejor; las cifras de mortalidad descendieron, la esperanza de vida aumentó, alfabetización, etc. mejoraron claramente, sin embargo existe una percepción de que todo va a peor y yo me pregunto ¿por qué esta disparidad entre las estadísticas y lo que el ciudadano percibe?
Lo que percibimos es lo cercano: parados, sueldos bajos, gente pidiendo en la calle. Además los medios de comunicación están especializados en las MALAS noticias. Cualquier periódico es una fuente de información oscura y deprimente: guerras, asesinatos, catástrofes, robo, negligencia, estupidez…machaconamente lo malo vende y el lector o oyente lo interioriza como cotidiano: ¿Cuántas veces ha visto un ciudadano español un atraco en directo o disparar un arma a un delincuente o a la policía en condiciones normales de paz? Pocas o ninguna pero la idea que tiene ese mismo ciudadano no coincide con la realidad porque piensa que la gente se está matando como loca y no se para de robar y todo es muy peligroso, ¿lo es?
Las TICs funcionan como elemento amplificador de las malas noticias, aunque la base es que todo está muy bien: me gusta, me encanta…pero no se libra tampoco de los agoreros que publican todo lo morboso que subyace en el mundo mundial. La impresión final es un mundo agobiante, caótico y que va hacia la perdición sin remedio. No quiero entrar a discutir las graves anomalías que hacen peligrar nuestro planeta pero aunque no lo creamos hay cada vez mayor conciencia de su posible destrucción, como planeta y como sociedad que aspira a ser más igualitaria y democrática. Nunca en la historia se tuvo tanta preocupación por los derechos de los más desfavorecidos ni por la igualdad hombre/mujer o la libertad sexual. La medicina llega a los lugares más recónditos y se intenta con tesón la defensa de la niñez persiguiendo la esclavitud sexual o de cualquier tipo. Hay mucha gente implicada en ello, que ocupa una parte de su tiempo en ayudar, las instituciones renquean y escatiman el dinero pero las ONG y la gente reclaman más atención, etc. Quizás los pesimistas se abandonan a las malas noticias y no se mueven del sillón de su sala de estar o no dejan de mirar la pantalla de su móvil en vez de decir voy a hacer algo. Siempre es más fácil quejarse de lo mal que van las cosas, y si van muy mal pensar “total, no sirve de nada lo que yo haga”
El sociólogo Javier Elzo hablaba de la juventud presentista, de jóvenes que quieren las cosas y las quieren ya y mostraba gráficos en los que cuando se preguntaba por aquello que le gustaría hacer todos mostraban una predisposición al altruismo llamativa pero cuando se les preguntaba si lo practicaba el porcentaje bajaba radicalmente p.ej. Le gusta colaborar en una ONG: 57 %, lo practica: 9,3. La decisión no es pensar en lo que uno dice que va a hacer, sino que es el hecho de hacerlo. Es indudable que hay gente poderosa interesada en la desidia y la docilidad de la mayoría de la gente y los populismos con su visión apocalíptica del mundo, su racismo y cerrazón reaccionaria se frotan las manos porque nuestra inacción nos hace cómplices de su dictadura. Pero en general nuestra sociedad es mejor que la que nos quieren presentar y no me cabe duda que la mayoría de la gente lucha con honradez para que sea aun mejor.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/12/29/actualidad/1483020328_085937.html