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Destacadas Padres de adolescentes: la información ayuda

Sobre la violencia

Autor:  José Luis Iglesias Diz

Sobre la violencia

La violencia en la niñez y adolescencia deja huellas imborrables e influye en el adecuado desarrollo de los adultos.

“En este estudio cerca del 1 % de los individuos estudiados tuvo alguna forma de violencia sexual, 5 % violencia física y negligencia, 10 % violencia psicológica. Todo ello condujo a mayores y significativas dificultades en los adultos (muestra de nacidos en 1957, edad media de 50 años) como pobreza socio-económica, desarrollo social, trabajo, movilidad…” (Pediatrics).

Mortalidad, Violencia, violencia de género

Los adolescentes no son los que cometen más delitos, estos son más frecuentes a partir de los 25 años y la condena más frecuente es por robo (41,3 % de los casos).El nº de delitos aumentó ligeramente desde 2007 (13.631 condenados) a 16.172 en 2012. y fue de 14.119 en 2019. El grupo de edad con mayor nº de delitos es el de 16 y 17 años. Según sexo el 82.5 % eran varones y el 17,5 % mujeres (de14 a 17 años).

La muerte violenta es más frecuente entre los 15 a 19 años pero con una tasa de homicidios para los países desarrollados menor del 5×100.000 hab. siendo en algunos países hispanoamericanos de cerca de 40 x 100.000 Hab. o más. La mortalidad en la adolescencia está relacionada en primer lugar con causas externas (accidentes, lesiones autoinfringidas y homicidio), le siguen los tumores, enfermedades del S. Circulatorio y derivadas de malformaciones congénitas. Para jóvenes de 15 a 29 años, las causas externas representaban en los varones una tasa de 60 x 100.000 habitantes en 1999 siendo del 40 x 100.000 en el 2010. La tasa de suicidios en varones es del 12 x100.000 en 1999 y se mantiene en 2010 al igual que en las mujeres donde la incidencia es más baja: 3 x 100.000. El número de suicidios actual (datos de 2019) en menores de 25 años se ha triplicado con respecto a 1990.

El Acoso Escolar es una de las formas más frecuentes de violencia, una forma persistente de humillar física y psicológicamente a un niño/a o Adolescente de la misma edad o de edad distinta. Es una lacra que afecta a muchos niños y jóvenes de consecuencias graves para la salud del acosado/a. El nº de casos denunciados entre 12 y 14 años en 2017 fue de 561. Entre 15 y 17 el nº fue de 384. El nº de llamadas al tef. de Acoso Escolar (900 018 018 disponible todos los día de la semana y las 24 horas del día) fue de 12 799 entre 2017-18, y sobre 5000 llamadas eran específicamente por acoso escolar.

Una preocupación sobre la violencia es que los patrones de la violencia de género se reproducen en las relaciones entre jóvenes, aspecto que es preciso afrontar con profundidad para que la educación en la convivencia y el respeto entre las personas se interiorice como la normalidad y la única posibilidad. Se achaca al consumo de pornografía el traslado de las conductas machistas, vejatorias y cosificadoras a las relaciones sexuales. En la pornografía el acercamiento a la otra persona es puramente carnal y sin otros factores emocionales que suelen rodear una relación entre dos personas y las conductas son a menudo violentas y vejatorias (por parte del varón habitualmente). Toda la sociedad debe sentir alarma ante esta conducta que nos muestra como el machismo y la ignorancia sigue imperando a pesar de una educación que consideramos universal.

Los padres deben de estar atentos a las situaciones de violencia y predicar con el ejemplo. Los niños desarrollan pronto su capacidad para reforzar su personalidad y compiten con los demás y esto es más evidente en la Adolescencia, en donde pertenecer a un grupo, forjar amistades, tener un lugar e importancia entre los pares es prioritario para ellos. A menudo las presiones del grupo o entorno le obligan a tener que reforzar su posición y esto se consigue en ocasiones por la fuerza. No olvidemos que la fuerza, la violencia, es una forma de conseguir poder como lo es la inteligencia y el dinero. Si el joven se ve presionado o atentan contra su persona o tiene miedo de ser despreciado o violentado puede recurrir a la violencia como un medio de conseguir estatus, si se somete o no reacciona será una víctima o un marginado. En los grupos de bandas urbanas para ingresar en la “sociedad” el recluta debe ejecutar un acto de violencia contra otra persona; cuando lo hace de manera adecuada es admitido: desde entonces ya lleva el sello de un soldado que cumple su cometido y eso lo mantiene protegido por la banda. Los padres tienen por lo tanto una importante tarea que realizar y no siempre es sencilla. Si en la familia no se manifiesta con claridad el rechazo a la violencia de cualquier género, el adolescente puede interpretar que la violencia es un recurso como otro cualquiera. No dar por sobreentendido nada es importante para mantener una relación abierta entre los padres e hijos. El niño mira su entorno, aprende de él; si sus padres se escandalizan de la violencia, ellos podrán interiorizar que es una conducta indeseable. Si no expresamos lo que pensamos, nuestros hijos puede que no hagan las preguntas que deben ser contestadas. Es necesario crear esa confianza. Demasiado a menudo la violencia se ejerce en el seno de la vida familiar con consecuencias nefastas para el niño o adolescente. Es aquí, en donde los profesionales de la salud deben de intentar proteger a los menores, Trabajadoras sociales, Pediatras, Médicos de Adolescencia y Médicos Generales, pero también otros estamentos como la policía y los jueces (y leyes de protección) son necesarios para esta difícil tarea.

Hay que buscar tiempo (el mayor posible y no solo escaso y de “calidad” como se suele recomendar) para estar con nuestros hijos, es necesario abrirse a ellos para que esa comunión sea recíproca. Decimos que todo va muy deprisa y nos lamentamos de que no hay tiempo. Pues habrá que “robarlo” de algún lado porque el futuro de nuestros hijos puede depender de esos momentos preciosos y de esa magia que nos une incondicionalmente.

 

http://pediatrics.aappublications.org/content/pediatrics/early/2016/12/15/peds.2016-1595.full.pdf

www.epdate. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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