Autor: José Luis Iglesias Diz.
Verano, ejercicio y salud
Los pediatras (La Asociación Española de Pediatría. AEP) aconsejan a niños y adolescentes una hora al menos de ejercicio intenso. No cabe duda que es una petición de mínimos. Los niños en general tienen tendencia natural a la actividad física muy a menudo a lo largo del día. El juego es su forma más exclusiva de mantenerse activo. Y la pregunta es: ¿juegan los niños hoy? ¿tienen tiempo y espacios y compañía para jugar?
Los juegos más habituales son en grupo, se reúnen varios niños y deciden el juego que van a hacer: fútbol, escondite, jugar a las canicas o al “trompo” o a policías y ladrones (en cursiva juegos que no sé si conocen hoy en día). El niño también sabe jugar solo, puede hacer actividad física corriendo, tirando a una canasta etc. Pero lo habitual es que lo desee hacer en compañía.
Hoy los niños, durante el curso, disponen de poco tiempo para actividad física. Muchas horas lectivas, actividades extraescolares, deberes, cansancio, móviles…En vacaciones tienen más tiempo y suelen hacer también más ejercicio. Durante el curso sería importante destinar tiempo para desarrollar esa actividad física tanto en el colegio (el recreo de media hora, dos horas semanales de educación física y algunos colegios dejan abiertas las instalaciones deportivas fuera de las horas lectivas) como en casa. Se recomienda que se haga ejercicio en familia y creo que es una magnífica idea, pero cuando hablamos de tiempo resulta que es difícil conjugar las distintas actividades de los miembros de la familia con el ejercicio en común, pero es deseable que los padres eduquen a sus hijos en actividades físicas y deporte (no necesariamente competitivo: este conlleva a menudo al rechazo del deporte por aquellos que no están físicamente tan dotados) y que lo compartan: caminatas a pie, en bici, natación etc.
Otra dificultad es el espacio: ¿dónde juegan los niños? En las ciudades es difícil hacer una actividad física espontánea sin molestar a la gente o correr peligro (coches). No siempre hay espacios para el juego a pesar de que en ocasiones se dispone de canchas de baloncesto, pistas de tenis, campos de futbol (que misteriosamente están casi siempre vacías/os, incluidas las de los colegios, cerradas después de terminar las actividades escolares). En las ciudades el barrio puede ofrecer esa posibilidad; los que viven en entornos cercanos y conocidos se reúnen para jugar. Este problema no existe en los pueblos pequeños en donde se vive en permanente contacto con la naturaleza próxima deshabitada lo que favorece la actividad física sin cortapisas. Hace muchos años (permítaseme esta apreciación personal) cuando salíamos del colegio se jugaba hasta la hora de ir a casa a los juegos que se agrupaban según las estaciones: a las canicas, al trompo, al escondite y un montón de juegos colectivos aparte el universal futbol. En las vacaciones la actividad podía empezar de mañana, jugar un partidillo (que a veces duraba horas) luego bañarse en el rio, vuelta a jugar otro partido, comer, una excursión al monte y al bosque “de aventura” y así hasta la noche, cenar y a cama a dormir como un lirón. Yo hacía eso como todos los demás y nunca fui precisamente un deportista. Eran horas de actividad a lo largo de todo el día. Claro, cuando lo hacíamos ¡no había televisión ni móviles!
También ocurre que el colegio congrega a niños y adolescentes pero luego muchos de los alumnos solo se vuelve a ver en clase y paradójicamente el resto del día no tienen con quien jugar. Esto es grave porque al no existir espacios de “encuentro para jugar” los niños y jóvenes se concentran en lugares en donde las actividades que se desarrollan son otras (no siempre idóneas) o se quedan en casa lo que fomenta el sedentarismo. Además (y este es otro tema) en los adolescentes y también en niños cada vez de menor edad, la actividad en redes sociales e internet ocupan un enorme cantidad de tiempo y aumentan el sedentarismo. En España uno de cada tres niños de diez años tiene móvil. (¡!), 78,5 % a los 13 años y 90 % a los 15.
Una hora al menos de actividad física intensa al día está bien pero mejor es que hagan tres (opinión personal). Estarían felices y mas sanos. ¡Ah! también recordar que la actividad física en la naturaleza produce mayor bienestar y relaja más.
https://elpais.com/tecnologia/2018/06/15/actualidad/1529071416_981344.html